Me detengo ante el sonido de la voz de Seokjin y me apoyo contra la puerta de la habitación de Taehyung, mientras mis ojos se cierran. ¿A quién estoy engañando? Vine aquí porque sabía que aquí es donde la iba a encontrar, y no porque quisiera hablar con mi hermano. ―Me preocupa no poder hacerlo cambiar de opinión ―dice Seokjin ―. Con solo unos días para el final, mi ansiedad está fuera de control. Si Seoklin no aparece el día de su boda, seré yo quien se case. ―¿Sería eso realmente tan malo? ―Tae responde.