Zephyrine tenía un solo objetivo: y era cumplir con su trabajó como monarca y ser madre de dos niñas. Su cabeza podría explotar por el trabajo qué tenía, el estrés al qué siempre vivía con las continúas peleas de los integrantes de la familia, ¿Cuál era su refugio? El lago donde una vez fueron las lágrimas del dios de la luna, personalmente se sentía muy cercana a aquel dios hasta identificarse como su hija. Aun sin imaginarse que su mundo, al que conocía cambiaria por un tan esperado conocido celestial.