Creer para vivir. Vivir para creer. Simples palabras que resonaban día a día en la cabeza de nuestra pequeña protagonista, Rebecca Park. Digamos que no era una persona del todo tranquila, le gustaba aventurarse en lo peligroso, en lo que nadie haría. Era una persona llena de rebeldía y sorpresas. Pero todos sus sueños fueron a la borda el día en que sus padres fallecieron en un trágico accidente. Y, como consecuencia, debía ir a vivir junto a su hermano mayor a España. ¿Quien imaginaria que aquella consecuencia le traería más problemas que soluciones? Exactamente. El muy cruel de Pablo Paez le haría la vida imposible. Pero algo que él no sabia era que ella estaba preparada. Oh si, muy preparada.