Hizo de mi corazón su hogar, y con su presencia, reparó cada grieta. Ella, con su encanto natural, encontró la perfección en medio de mis imperfecciones. Amo cómo su presencia desordena mi vida ordenada y aburrida. Ella me muestra un mundo desconocido, revelándome cosas que ignoraba. Esta chica me vuelve loco y, como alguien obediente, no puedo resistirme a entrar en su manicomio. Ha desatado un torbellino de nuevas experiencias en mí, y aunque son sentimientos desconocidos, no los odio, sino que los amo. Me fascina cómo me muestra una belleza inexplicable, más allá de lo tangible y material, sino más bien en un nivel emocional profundo. Amo cada parte de ella. «Pequeña, hay algo que quiero decirte: SZIVEM. Eres el latido que da vida a mis escritos.»
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