Las sombras se arremolinan, envolviendo cada rincón en un manto oscuro y opresivo. El aire está viciado, cargado de un silencio pesado que solo es interrumpido por los sollozos ahogados de Miwa. Las cortinas están cerradas, impidiendo que la luz del exterior penetre en la habitación, sumiendo todo en una oscuridad casi terrorifica
El suelo de madera cruje bajo los pies de Miwa, añadiendo un sonido ominoso al ambiente.
En el centro de la habitación, Miwa se aferra a sí misma, sintiendo cómo la desesperación la consume. Las lágrimas resbalan por su rostro, reflejando la angustia que siente en su interior.
"No puedo seguir así..."
susurra, su voz quebrada por el llanto.
"Necesito volver a mi hogar... no pertenezco aquí."
El silencio es abrumador, casi palpable, como si la habitación misma estuviera conteniendo la respiración, esperando a que Miwa encuentre la calma o sucumba ante su desesperación.
El recuerdo de la mirada llena de odio que recibió no la deja en paz.
"¿Por qué me odia tanto?"
se pregunta entre sollozos.
"No he hecho nada malo... Solo quiero encontrar una salida."
Miwa se levanta, tambaleándose hasta el espejo, enfrentándose a su propio reflejo.
"Tengo que ser fuerte,"
se dice, aunque la determinación en sus ojos lucha contra la abrumadora sensación de desamparo.
"No puedo dejar que el miedo me consuma."
La habitación parece cerrarse sobre ella, las sombras se alargan y sus pensamientos se oscurecen.
"No puedo soportar esto. ¿Qué hago aquí? ¿Por qué todo esto me está pasando a mí?"
Las paredes parecen acercarse, y el aire se vuelve denso. Miwa siente como si estuviera ahogándose en su propio pánico. Se abraza a sí misma, tratando de encontrar un ancla en medio de la tormenta interna.
"Tengo que salir de aquí, tengo que encontrar una forma de volver."
Cada día en este mundo ajeno es una lucha por adaptarse, por encontrar su lugar y, sobre todo, por no perder la esperanza de regresarTodos los derechos reservados