Adaptar nuestro mensaje al tipo de comunicación favorita de nuestro interlocutor es una habilidad esencial en la era moderna de la información y la comunicación. En un mundo donde las interacciones pueden ser tan diversas y complejas, desde correos electrónicos formales hasta conversaciones informales en redes sociales, entender y utilizar el estilo de comunicación preferido de la otra persona puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.