Las ballenas son criaturas fascinantes que han protagonizado algunos de los mitos más populares. Uno de ellos es la idea de que pueden tragarse a un ser humano. Sin embargo, la ciencia ha demostrado que la mayoría de las especies de ballenas tienen gargantas demasiado pequeñas para lograrlo. Solo el cachalote, una especie que vive en las profundidades marinas, podría, en teoría, tragarse a una persona, pero esto es altamente improbable. Otra creencia errónea es que las ballenas pueden respirar bajo el agua. Como mamíferos que son, necesitan salir a la superficie para inhalar aire, que absorben a través de sus espiráculos, unas aberturas ubicadas en la parte superior de sus cabezas. Este mecanismo de respiración es extremadamente eficiente y les permite sumergirse a grandes profundidades por largos períodos. Por último, un dato sorprendente es que las ballenas tienen pelo. Aunque no lo parezca, estas criaturas poseen folículos pilosos, una característica que comparten con otros mamíferos. Este detalle, aunque pequeño, nos recuerda lo conectadas que están estas criaturas con el resto del reino animal.