Cada segundo se siente eterno, la impotencia me abruma. No sé si me estoy muriendo por dentro debido a la taquicardia o si simplemente es el eco de la herida que llevo dentro, pero de alguna manera todo parece tan frágil, tan fuera de control. Déjame despedirme por lo menos, o siquiera déjame decirte que te amo.