Él nunca creyó en dioses, siempre repudió la idea de rendir culto a un ser desconocido, odio pensar que su vida y existencia girará en torno a complacer a un ser superior. Pero conoció a Luffy, su capitán, su sol, la única persona a la que seguirá ciegamente y por la cual daría su vida voluntariamente en sacrificio si así se lo pidiera. Su Dios.