La vida en la tierra ahora se basa en sobrevivir, no queda mucho tiempo para que la humindad se pierda en las arenas del olvido y todo rastro de su existencia se base en cimientos de edificios donde una ves se proclamaba la grandeza del hombre. Hoy ya no hay nada de eso, hoy solo hay escombros que sirven como fozas comunes, o en otros casos, pequeños refigios donde la muerte espera en silencio a que cada uno caiga en su inevitable final. Lúgubre, melancólico, reflexivo, con aires de recapacitación y con premunisiones de un futuro que si no hacemos algo, está a la vuelta de la esquina.