-A1995

Erase una vez en un pueblo cuyo nombre no puedo recordar existía una mujer que derochaba bodad, era muy hermosa en aquel lugar, todos la amaman y bendecian pues su humildad era tan grande como su corazón.
          	
          	Se cuenta que un buen día salió al bosque a recoger algunos frutos, en algún momento se sintió cansada y decidió sentarse a la sombra de un frondoso árbol mientras admiraba el esplendor que había a su alrededor. A lo lejos escucho un llanto desgarrador, un llanto suplicante. Sin pensarlo siguió aquel sonido desgarrador, a las faldas de las colinas vio a un hombre llorando gritando al cielo de furia.
          	
          	—¿Padre porque me has abandonado? —Lo escucho gritar suplicante. 
          	
          	Aquel llanto estaba lleno de dolor y tristeza, sentía como le quemaba por dentro. De un momento a otro fue testigo de cómo aquel hombre desfallecia.
          	
          	Corrió a su ayuda, al acercarse noto la belleza de aquel desconocido, una piel blanca que brillaba con la luz del sol y unos delicados rizos color dorado que adornaban su cabeza.
          	
          	Se acercó más al hombre para intentar ayudarlo, con sus ropas de abrigo cubrio al hombre y entre sus piernas reposo su cabeza. Con extrañeza noto una lagrima descender por su mejilla, era brillante cual diamante.
          	
          	La mujer intentó limpiar aquella lagrima pero la mano de aquel hombro fue más rápida y la sostuvo. Enseguida unos ojos hermosos posaron su mirada en ella. En aquella mirada pudo ver la galaxia entera. 
          	
          	Aquel hombre se relajo al instante, su mirada dejó de ser de rencor. Con la mano libre que aún le quedaba tocó con devoción el rostro de aquella mujer, incrédulo. 
          	
          	—¿Quién eres tú? —Preguntó la mujer a penas con un hilo de voz. 
          	
          	El hombre sin aún comprender lo que veía respondió—. Luzbel.

-A1995

Erase una vez en un pueblo cuyo nombre no puedo recordar existía una mujer que derochaba bodad, era muy hermosa en aquel lugar, todos la amaman y bendecian pues su humildad era tan grande como su corazón.
          
          Se cuenta que un buen día salió al bosque a recoger algunos frutos, en algún momento se sintió cansada y decidió sentarse a la sombra de un frondoso árbol mientras admiraba el esplendor que había a su alrededor. A lo lejos escucho un llanto desgarrador, un llanto suplicante. Sin pensarlo siguió aquel sonido desgarrador, a las faldas de las colinas vio a un hombre llorando gritando al cielo de furia.
          
          —¿Padre porque me has abandonado? —Lo escucho gritar suplicante. 
          
          Aquel llanto estaba lleno de dolor y tristeza, sentía como le quemaba por dentro. De un momento a otro fue testigo de cómo aquel hombre desfallecia.
          
          Corrió a su ayuda, al acercarse noto la belleza de aquel desconocido, una piel blanca que brillaba con la luz del sol y unos delicados rizos color dorado que adornaban su cabeza.
          
          Se acercó más al hombre para intentar ayudarlo, con sus ropas de abrigo cubrio al hombre y entre sus piernas reposo su cabeza. Con extrañeza noto una lagrima descender por su mejilla, era brillante cual diamante.
          
          La mujer intentó limpiar aquella lagrima pero la mano de aquel hombro fue más rápida y la sostuvo. Enseguida unos ojos hermosos posaron su mirada en ella. En aquella mirada pudo ver la galaxia entera. 
          
          Aquel hombre se relajo al instante, su mirada dejó de ser de rencor. Con la mano libre que aún le quedaba tocó con devoción el rostro de aquella mujer, incrédulo. 
          
          —¿Quién eres tú? —Preguntó la mujer a penas con un hilo de voz. 
          
          El hombre sin aún comprender lo que veía respondió—. Luzbel.

Yelen_11

Holaaaa!! Creamos una nueva editorial llamada ''Editorial Planetario'' y estamos en busca de jueces para ayudarnos en el transcurso de  ''Planetario Awards'' si te gustaría ser juez te agradeceríamos DEMASIADO pero si no,a la proxima!
          
          Gracias.❤

-A1995

Un discípulo sentía tal veneración por el maestro que le miraba como si fuera el mismo Dios encarnado.
          
          -Dime, oh maestro - dijo en cierta ocasión-. ¿Porque viniste a este mundo?
          
          -Pará enseñar a los necios como tú a que dejen de malgastar su tiempo en rendir culto a los Mestros -fue su respuesta-.

-A1995

La actitud de mi abuelo hacia la acción social me resultaba bastante desconcertante. Unas veces se mostraba partidario entusiasta de la misma, y otras parecía resultarle indiferente.
          Y la explicación que me daba era igual de enigmática. El decia:
          <<Quién desea hacer el bien debe llamar a la puerta.
          Pará el que ama, la puerta está siempre abierta>>.