¿Qué tiene tu corazón que me anhela con tanto apremio? Sé que es importante responder aquel deseo, pero no tengo manera de calmarlo... el destino quiso que no contestará.
Aquel día que vi tu angelical rostro y sentí tu inigualable presencia. En ese jardín repleto de flores, que cuide con sumo cuidado y cariño, las rosas caían de rodillas ante ti... ninguna se te compará.
Ahora veo tus lágrimas escurrir por tus mejillas, lloras la pérdida de un ser humano ¿quién lo podría imaginar? Me estoy desvaneciendo en tu río carmesí, aquel río que te da la vida. No te culpes, no llores más... Hiciste mis últimos días los más felices y si sólo me utilizaste para sobrevivir, ¿qué más da? Estoy feliz de que este andrajoso cuerpo no se pudra con los gusanos. Sé que sufres, porque me amabas a pesar de estar comiéndome. Son cosas de la vida.
El amor es tan hermoso y dulce, pero tan trágico y doloroso a la vez, ¿no lo crees?