Volví a beber demasiado café porque me recuerda a ti, el sabor dulzón al principio y amargo al final me recuerda a ti.
También, uso muchas cosas rojas encima porque se que es tu color favorito, mi cabello, tenis y maquillaje gritan que estuviste en mi vida, es una forma de decir que te extraño pero que no planeo volver.
Y el negro de mis ropas grita el duelo en el que estoy, grita que acepto la perdida y que estaré bien.
Deje de estar en mi casa porque tu presencia está regada en cada rincón, desde la puerta de entrada hasta la cabecera de mi cama.
Abro las ventanas todos los días esperando a que los restos de tu presencia salgan por ellas, que el viento se las lleve muy lejos de mi y que me dejen con mi soledad.
Las lluvias hicieron que la humedad deteriorara el dibujo que tenía de ti en la pared, se despegó con mucha facilidad y pensé que si lloraba lo suficiente, tu recuerdo se desmontaria de mi alma, y así dejaría de doler, pero no pasó. Tuve que dejarte ahí, en donde están todos mis buenos sentimientos y recuerdos, la partecita de mi que se ilumina cada mañana y disfruta sentir y seguir aquí.