Honestamente como cualquier fan de fórmula uno la noticia de hoy dolió. Pero como admiradora de un Australiano de 35 años que te enseña a ver la vida con una sonrisa a pesar de haber problemas, esta noticia me destrozó.
Daniel Ricciardo, es y será una de las figuras que siempre admiraré. No solo te enseña a siempre mantener la posibilidad y ver los fracasos como enseñanzas con una sonrisa… más que nada te enseña a vivir la vida. Ricciardo me ha enseñado a enfrentar la vida con la alegría más grande. Un admirable tanto en el deporte como en la vida. El piloto con más carisma y valentía que he podido ver carrera tras carrera desde pequeña.
Y como alguna vez el dijo: “I’ll never left” porque jamás me iré de apoyarlo.
No tengo palabras y creo que no las encontraré en un buen tiempo. Solo sé que el no merecía esto… un grande no merecía esta despedía. El como piloto y persona, sus fanáticos; nadie merecía tener esa angustia de no saber que sería de su carrera. De no poder correr una carrera más y ser capaz de disfrutarla como tanto el merece.
Este año tenía la gran ilusión de por fin ir a verlo correr a una carrera, porque después de mucho apoyarlo por fin había comprado boletos para la última carrera de la temporada con el único motivo de ir a verlo, a lo que yo creía, sería su última carrera.
Nada me llena más de impotencia del trato que recibió. Pero es el deporte y es Red Bull, y cuando algo a ellos no les agrada, lo desechan.
F.E.A