Crecerás escuchando sobre magia... y durante mucho tiempo la vivirás.
Con el tiempo, caerás en cuenta que los dragones, unicornios y sirenas en realidad no están, ni en las colinas lejanas, ni jugando entre las nubes, mucho menos salpicando entre el mar.
"Son historias" te gritarán, que has crecido, que madures, que ha llegado la hora de que comiences a pensar en cuentas y en impuestos. "Son historias" recordarás, que nadie va a salvarte, que el príncipe no existe, que los unicornios son un mito y que los dragones son falacias, son historias nada más.
"Son historias" escucharás, de personas que han crecido, que ajenas a la magia de la luna han dejado de creer. Los hechizos, las varitas, los héroes y dragones no les provocan ni cosquillas, porque no creen, y su piel se hizo de piedra, llenos de tristeza, incapaces de asombrarse de la belleza que los rodea.
Cree si quieres creer, si te afirmo que los árboles fueron gigantes que amaron a los humanos y prometieron dedicar su vida a cuidarlos. Si te prometo que somos polvo de estrellas y que después regresamos a ellas. Cree, y si te dicen que ya estás grande y que a tu edad no deberías hacer tonterías... Sonríe. Porque su piel se ha vuelto dura y sus ojos ya no se maravillan, y no entienden como los nuestros sí.
Pelea, gana la batalla, monta un unicornio y salvate a ti misma, después busca a tu príncipe o princesa y enamorate, muestralo sin miedo, después llora su partida, lávate el rostro y monta nuevamente. Busca más aventuras hasta que tu corazón no palpite, que la vida está hecha de lágrimas y risas.