-asiangolden

⠀⠀⠀⠀⠀✪   ࣪     ◌  ̸ ⎯⎯⎯⠀⠀La lluvia tamborileaba suavemente contra las ventanas del pasillo mientras Cassidy avanzaba con pasos silenciosos, su cuaderno apretado contra el pecho. Vestía un suéter negro de gran tamaño que casi le llegaba a las rodillas, y su cabello oscuro, liso y ligeramente despeinado, caía como una cortina alrededor de su rostro. Sus ojos, siempre medio ocultos bajo el flequillo, reflejaban un dejo de determinación o inexpresividad, era imposible decifrarla. 
          
          Se detuvo frente a la puerta de la habitación de Evan Afton. Su mejor amigo desde que eran unos niños. Su único amigo, en realidad. Su abuelo le había animado con la premisa de que la universidad sería un sitio para hacer nuevas amistades, no fué así su caso pues en los primeros días alguien molestó a su mejor amigo ocasionando que toda la escuela durante el receso viera a John Lewis con la cabeza en el basurero, fué un espectáculo. Un malentendido se transformó en su maldición para hacer amigos, pues el chico era un total victimista.
          
          Golpeó la puerta dos veces. No muy fuerte. Justo lo necesario. No estaba permitido que las chicas visitaran el sector de los varones pero a la joven asiática no podía importarle menos.
          
          —Evan... soy yo — dijo con voz baja, casi inaudible si no se ponía atención.

-asiangolden

            
            Cassidy entró sin mirarlo directamente. No necesitaba hacerlo. Sabía que Evan la observaría, como siempre, con esa mezcla de torpeza e intención que solo él tenía. Caminó con pasos lentos hacia el escritorio y se sentó sin pedir permiso. No hacía falta. La silla rechinó un poco bajo su peso, y su cuaderno cayó sobre la mesa con un thump seco.
            
            Miró la pantalla encendida de la laptop. Códigos. Siempre había código en la pantalla del afton. Y siempre había café frío también. Se preguntó si alguna vez dormía.
            
            —Necesito... ayuda con matemáticas.
            
            Sus palabras salieron en un tono plano, suave. No porque no le importara, sino porque era su forma de hablar. No gritaba. No dramatizaba. Solo decía lo necesario. Ni más ni menos.
            
            La joven asiática lo observó, aunque no comentó nada sobre su cabello despeinado, o el moretón leve en la rodilla, que claramente se había hecho hace unos minutos. Porque eso era parte de su dinámica: sabían todo sin decirlo.
            
            Alzó la mirada apenas, solo un segundo, para observar la expresión de Evan. Sus ojos siempre parecían más grandes cuando pensaba. Como si todo el universo estuviera analizando detrás de esos lentes.
            
            Mientras él leía, Cassidy lo miró de reojo. Había algo que siempre le había intrigado de él. No era su torpeza, ni su inteligencia. Era su forma de ser... vulnerable sin dejar de resistir. A veces se veía frágil, como un papel que está por romperse, pero seguía estando ahí, día tras día.
            
            El silencio que siguió era uno cómodo. De esos que solo tenía con Evan. 
            Cassidy apoyó el mentón sobre su mano, sin dejar de mirar el poema. Pero, por dentro, pensaba en otras cosas. En dolores que no se dicen. En lo que se guarda tan profundo que solo los poemas o el código de alguien como Evan podrían tocar.
            
            &,, a mí me gustan 
            tus roles largos ☹️
            
            
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-cryingbxy

Evan Afton estaba encorvado sobre su escritorio, el resplandor azulado de su laptop reflejándose en sus gafas ligeramente torcidas. Tecleaba con rapidez, aunque sus dedos delgados y algo huesudos tropezaban de vez en cuando con las teclas, como si su cerebro fuera más rápido que su cuerpo. El procesador de textos mostraba una media página llena de términos técnicos sobre programación en Python, y un bloque de código mal indentado que estaba a punto de hacerlo llorar.
            
            Suspiró. Empujó sus gafas hacia arriba con el nudillo, dejando una ligera mancha en el cristal. no le importó.
            
            Se rascó la nuca, su cabello castaño claro despeinado por haberse estado jalando los mechones durante horas. En su escritorio, junto a la laptop, una taza que contenía restos fríos de café instantáneo. Lo bebió igual pero se atragantó un poco y tosió inevitablemente.
            
            Había algo irónico en que fuera tan brillante, con una beca por excelencia académica, pero tan invisible para el resto del mundo. Excepto para ella.
            
            Cassidy.
            
            Solo pensar en ella le quitaba un poco del peso del pecho. Ella no hablaba mucho, pero entendía el silencio mejor que nadie. y fue entonces, justo entonces, que escuchó los dos golpes en la puerta.
            
            ❝  Evan... soy yo.  ❞
            
            La voz suave, familiar, como una nota que no desafina nunca. Evan alzó la cabeza de golpe, se peinó el cabello con las manos en un intento inútil de parecer menos desastroso, y tropezó con la silla al levantarse. Soltó un “¡auch!” al golpearse la rodilla contra el escritorio.
            
            Corrió a abrir la puerta, y al verla ahí, de pie con su suéter negro enorme y su cuaderno abrazado como si fuera un escudo, sonrió sin poder evitarlo.
            
              ︵   ▬▬▬     Cass... hey. Claro, pasa.    ▬▬▬   se hizo a un lado torpemente golpeándose el codo con la puerta. No comentó nada con respecto a esto por vergüenza.
            
            ⠀♯ un poco largo, lo sé 
            
            @-asiangolden  
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