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Okay, acabo de ver el último episodio de Wandavision y siento un extraño vacío dentro de mí. Vi el episodio con mi mamá y mi hermano y no pude evitar estar llorando desde casi el principio. Controlaba mis sollozos para que no se dieran cuenta y no pensaran que lloraba por una “estupidez” o “tontería”, pero sólo podía tragarme el horrible nudo en la garganta.
Me sentía cada vez más rota conforme cada minuto que pasaba y no podía evitar destrozarme en miles de pedazos. Además, estabamos comiendo hamburguesas y pues yo ya estaba llorando y balbuceando al final, la voz se me rompía si intentaba hablar.
Mi mamá bromeó con un “ya no vas a volver a comer hamburguesas porque vas a llorar” y mi mente vagó por los recuerdos de Tony comiendo hamburguesas de queso y Morgan pidiéndole una a Happy, cosa que me quebró más y lloriqueé de una manera muy fea. Ella me preguntó que ahora por qué lloraba y le expliqué lo de las hamburguesas, y sólo sentía una pieza faltante dentro de mi corazón.
Gracias, Marvel, por destrozarme y volverme a armar a tu antojo, gracias por jugar con mi sentimientos, gracias por hacer que mi corazón llegue al punto de sangrar, pues gracias a ti me siento viva. Jamás pensé que podría romperme de esta manera y te agradezco por ello, sinceramente, me gusta sentirme así.
Ya no puedo soportar más este sufrimiento llamado no estar en la realidad que deseas. Dios, Wanda, daría mi vida por darte todos los abrazos y el apoyo que tanto necesitas. Quiero juntar tus piezas sin importarme en lo más mínimo el poder quedar lastimada por tus rotas partes. Quiero enmendar todo el daño que te han hecho, pero no puedo y me pesa en el alma no poder hacerlo.
Perdoname, Wanda, realmente lo siento.