Sigo esperándote en aquella orilla, la marea nunca te trajo de vuelta y yo empecé a escribir tu nombre sobre la piel rugosa de esta playa que, al igual que nosotros, se borro con las palabras más saladas.
Eres casi el hombre perfecto,el que busqué por tanto tiempo,el que me hace vibrar la piel y el esqueleto,Eres casi el hombre perfecto el que yo imaginé en mi sueños de los que rara vez se pueden ver.