De algo estoy segura, es que no voy a dejar que este maldito alemán me quite lo que es mío por derecho, lo puedo matar y eso es lo que más amo hacer.
[...]
—¿Que necesitas Lilith? —pregunta cuando entro en la oficina de mi nueva víctima que está acostumbrado a mí, me siento en sus piernas para susurrarle a centímetros de sus labios .
—Tú muerte, ¿Es mucho trabajo morir?
—Eres una...
—Soy la madre de todos los demonios, querido... En este trabajo y en todo el jodido mundo soy Lilith, no esa estúpida joven de hace ya años... ¿Quieres que te recuerde lo que hoy en día si soy capaz?—Niega con la cabeza —, perfecto no quería que tú querida prometida supiera de tus encuentros conmigo y el trabajo que tienes igualmente conmigo y todos esa bola de bastardos, todos conocen a Lilith y lo que es capaz no te arriesgues, te puedo matar a tí y ese engendro que tiene en su vientre— le doy a saber ese último.
—¿Engendro?— me mira con miedo y curioso,— ¿Acaso está embarazada?, No puede ser... No puede ser mío... Es imposible, tú sabes —lo miro a los ojos sonriendo— claro que sabes, ¿Cuántos meses tiene?
—Cuatro, tiene cuatro meses de embarazo —digo con sorna.
—¿Me estás jodiendo?
—No, por qué si te estuviera jodiendo, ahora mismo no estaríamos hablando, si no haciendo todo menos hablar de tu "prometida", querido...
¿Nueva historia aquí o en la otra cuenta?