que no estoy, si alguien me busca y me ve con la desfachatez de cabeza por el estrago que me sabe amargo más el inconsciente sabor a mierda que en la garganta me cosquillea hasta la profundidad de mi enseñanza. que nadie me vea, porque lo último que quiero es ver y con lágrimas en los ojos quedarme varado sin tener la habilidad de mirarte como te vi. estamos adentro del ensueño divino que con prejuicios ostentaba el corazón mío en cruces; quitándole las horas a mis sueños y los ademanes a mis prácticas. estoy triste, decaído, amedrantado en mi verraca melancolía porque, según yo el árbol daba frutos para cosecharlo, pero se aprovecha de su necesidad y se va, llevándoselo completo. por querer verlo proveer.