Todo ha cambiado, ya nada es igual. Las hojas otoñales ya no caen al mismo ritmo que antes, la luz de la luna es aún más brillante que la última vez que iluminó sobre nosotros en esa fría noche, el aire melancólico el cual soplaba con delicadeza tus cabellos castaños, el color rosado de tus suaves labios, el brillo de esperanza y alegría en tus ojos color esmeralda... Todo se ha desvanecido cómo una niebla en la carretera desierta, como la luz centelleante de los fuegos artificiales, ahora entiendo con gran claridad esas sabías palabras "Nada es para siempre" Cómo me gustaría que lo fuera, pero perdería su encanto, su chispa, su belleza.