Adán y Eva
No hay cielo sin tu aliento,
ni tierra sin tu mano;
yo soy Adán porque tú eres Eva,
y en tu abrazo comienza y termina el universo.
Lilith y Lucifer son sólo sombras,
enfermedades que devora la luz de nuestro amor;
pues tú eres mi cura,
mi eternidad,
mi jardín imposible,
la llama que jamás se extinguirá.
Nada puede separarnos,
porque fuimos creados uno para el otro,
y mientras existan estrellas,
mi nombre vivirá en tus labios,
y el tuyo, amado, en los míos.