Pt. 2
Las personas que más amo, que más respeto y aprecio, son las que más me han lastimado.
Crecí odiando mi cuerpo, no me gustaba verme en los espejos o verme en fotos en las que aparezco al lado de chicas más delgadas que yo porque siento que me veo horrible.
Estoy segura que mi familia jamás tuvo la intención de lastimarme, pero vaya que lo han hecho.
Me odio. Es cierto, ODIO mi cuerpo gracias a las personas que amo. Odio verme al espejo. Odio ver mi reflejo en la pantalla de algún electronico. Odio que comenten algo acerca de mi físico. Odio que, a pesar de arreglarme y ponerme ropa linda, sienta que soy inferior y más fea que mis amigas o hermana (que es con la que más me comparan, puesto a que ella sí es delgada). Odio siquiera pensar en lo mal que me he de ver siempre solo por el hecho de tener 10 kilos más de lo normal.
Porfa, si alguna vez han hecho comentarios denigrantes hacia el físico de alguien, por más que consideren que son de broma, carismáticos, o que la persona sonría o se ría, PAREN. Esas sonrisas que ven, son fingidas. Esas risas que dan cuando hacen un comentario, ocultan detrás ganas inmensas de llorar.
Muchas personas se han suicidado por el odio a su cuerpo, muchas personas piensan en hacerlo pero no se atreven.
Están jugando con la salud psicológica de alguien, dejen de lado los comentarios y apodos. No dejen que más niñas como la que alguna vez yo fui, crezcan acomplejadas de su físico.