—Sabes que debes tener en cuenta lo que digo.
—¿Por qué? No me interesa lo que pienses ni mucho menos entrar en ese jueguito. Lo dejé hace años, Gabriel. Deja de joderme con eso.
—Nunca has dejado la partida, Savannah. Y eso es por solo una razón…
—¿Y cuál es?
—Tú misma la iniciaste, sigues jugando y lo sabes. Tus amenazas no me mueven, sé de lo que eras capaz y no me asusta.
—¿No?
—No, porque esa rudeza fue la que me atrajo, la que me mantiene como un depredador —Su cuerpo se inclina levemente para que sus ojos queden a la altura de los míos y su cercanía no me mueve—Que tarde o temprano, hará sangrar a su presa y podrá saborearla como es debido.
—Es gracioso pensar que tú, el poderoso empresario que tanto dices ser, estás aquí suplicando a que al menos te escupa. Por Dios, Gabriel, yo hace tiempo deje de jugar por el simple hecho de que…hace mucho dejaste de ser un digno contrincante. Eres solo un perro ardido que no sabe aceptar que ni con todo el dinero que tiene, puede siquiera deleitarse con un roce de mi parte.
------PARADISE-----