«La ventura va guiando nuestros pasos mejor de que pudieramos desear, por que ves allí, amigo Sancho Panza, donde se encuentran veinte, o poco más, gigantes universos, donde pienso entrar, rodearme de magia y de dioses mortales, enamorarme y sufrir hasta explotar mi corazón, morir y reencarnar en horrible fantasma, pelear como bestia humana y quedar sin aliento, viajar de planeta absurdo en planeta absurdo resolviendo misterios. Y seguro que mil cosas más.

- ¿Qué universos? - dijo Sancho Panza.

- Aquellos que allí ves - respondió su amo- de los heroes perdidos, que los suelen tener algunos sin miedos. 

- Mire vuestra merced -respondió Sancho- que aquello que allí se parecen no son universos, sino palabras , y lo que en ellos parecen heroes son historias, que, estan rodeadas de engaños, no son más que sacos de fantasia.

-Bien parece -respondió don Quijote- que no estás cursado en esto de las aventuras: esos son universos; y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual lectura.

Y, diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que sin duda alguna eran palabras, y no universos, aquellos que iba a entrar. Pero él iba tan puesto en que eran universos, que ni oía las voces de su escudero Sancho...»