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⍋ ೃ ┈┈┈┈┈ ᵖʳⁱⁿᶜⁱᵖᵉ ᴹᵉˢᵗⁱᶻᵒˑ┈╮
El sonido tartamudeante de la voz ajena fue familiar para él, los pasos de quien ahora era su esposa lo obligaron a verla; No fue un matrimonio de amor mutuo, más bien fue una conveniencia a los ojos del Mago. La distancia inicial que él mismo había puesto entre ambos a días de hoy era menos grande, sin embargo, era extraña la idea de estar casado con alguien más que no fuera ...
— A mí también me alegra.—
No supo que más decir, no era exactamente el mejor conversador el mundo entero para este tipo de situaciones. Su mano, fría, grande y de un tono claro que contrastaba con sus ropajes oscuros, se posaron suavemente en el brazo de Elara, apretándolo ligeramente.
Este gesto no era excesivamente íntimo, tampoco tan distante como poner su mano en su hombro, era un gesto que afirmada la veracidad de sus palabras, buscando no hacer de aquel momento algo incómodo entre ambos.
— Paso un tiempo desde la última vez que nos encontramos, ¿Tú cómo ..—
Alejo suavemente su mano de su brazo, pasándola detrás de su espalda mientras que con su brazo izquierdo le incaba una sutil invitación a caminar, un gesto de "por aquí" que no fue dicho con palabras, pero sí con ese gesto. Aclaro sutilmente su garganta, mientras esperaba que ella comenzará a caminar, su cuerpo estando ligeramente en una postura lateral, dispuesto a caminar lado a lado con ella.
— ...has estado?—