Cuando Umataro le presenta la versión robótica de Tobio, ella lo rechaza de inmediato. Sin embargo, después de unos días, ella llega a amarlo y abrazarlo como a su hijo humano. Hoshie le enseña los gestos de su hijo fallecido y, a medida que él adopta estas formas, ella lo ama aún más. Sin embargo, mientras tanto, Umataro se vuelve cada vez más abusivo con y disgustado por el Tobio robot.
Umataro se quiebra, rechazando al Tobio robot y decide venderlo al circo de Hamegg. Hoshie decide que no puede soportar más su ira y se divorcia de Umataro. Ella comienza a asistir regularmente al circo con la esperanza de ver a Tobio. Desafortunadamente, sufre un ataque al corazón y fallece mientras llama con malicia a su hijo.