¡Tenemos ya a la preciada neumonía de Wuhan, coronavirus, covid 19 en Venezuela! Y yo, que soy la enfermiza de la casa, a la que casualmente le dan todos los virus habidos y por haber, a la cual un dolor de garganta le dura un mes, no sé si pueda estar bien, ah. Tengo miedo porque, pese a que yo no salga de mi cuarto y parezca misofobica porque absolutamente todo me da asco y me viva lavando las manos, mi familia sí sale bastante. Me preocupo por ellos y por los amigos que temgo afuera del país, también.
Y bueno, que sobra decir que a las advertencias de no salir de casa casi nadie les hará caso aquí, todos sordos y tomándolo como unas vacaciones porque suspendieron las clases y todo, por lo que probable es que la enfermedad vuele y jamás se vaya. Tengo miedo, repito. Estoy vívidamente aterrada y ya hasta me cuesta conciliar el sueño. Cuidense, por favor, háganlo, no se dejen vencer por eso, no salgan a menos que sea necesario, no tenga demasiado contacto físico.
Y yo aún pensando que Venezuela (o por lo menos Zulia) era inmune porque, según, el virus no resiste el calor. Me he equivocado.