Querida depresión:
Contigo, junto a la baja autoestima, aprendí que todo el mundo está contra ti, que la vida no vale la pena, que siempre tengo mala suerte, y que aunque me esfuerce nunca consigo nada, ni siquiera vale la pena esforzarse.
Me enseñaste que no valgo, que no merezco lo mejor, y que tienes más fuerzas que yo y eres capaz de destruir mis sueños, llevándote mi felicidad y dejándome remordimiento, culpabilidad y frustración, haciéndome sentir una inútil y recordándome una y otra vez mi pasado. Llevas tiempo fuera de mi cabeza como para que vuelvas a regresar.
-Adrian Alfaro.