— La mujer puso atención ante lo que el hombre... o en todo caso, el Dios le estaba diciendo. Asintio suavemente a cada una de sus explicaciones, mientras se volvia a enderezar para tener una mejor postura y verlo — Ya veo... entonces eres una de esas deidades... — Sonrio suave — Que dicha tengo en todo caso, ah dime ¿de qué lado de los Dioses perteneces? Ya sabes... Griegos, Romanos, Aztecas, Mixtecas, Asia... ya sabes.
— Ante lo otro, ella se quedo pensando en qué podría decirle — Bueno... es complicado. Si bien soy descendiente de la famosa Catrina, no podría decir que soy una Diosa, pero tampoco soy menos que una. Ah, es un tema complejo también, cabe decir que llevo conmigo uno de los temas igual de imposibles de abordar por el ser humano... pero, puedo ser de utilidad. Espero no haya decepcionado sus expectativas que tenía en mi, señor Aglius