"—¿Timba...?, ¡TIMBA, ALEJA ESO DE MÍ!—Su tono de voz aumentaba, tomando volúmen y desesperación—¡NO, NO, POR FAVOR!
El de gafas solo sonrió, gustoso de escuchar aquellas súplicas.
—Bah, vamos...esto no te servirá de nada, dulzura.—Comentó con aquel tono coqueto y burlón que le caracterizaba, restándole importancia a los gritos ajenos.
Los ojos del albino comenzaban a abrirse y a sacudirse frenéticamente conforme más se acercaba el contrario, forcejeando en vano con las cuerdas que apretaban sus magulladas y maltratadas muñecas, las cuales lo ataban y sometían contra las podridas y astilladas vigas de madera que servían como base en el sótano. La importancia y lágrimas no tardaron en hacerse presentes sobre Rius, quien se encontraba desnudo de la cintura para abajo, expuesto ante aquel pelo azul que lo mantenía cautivo, producto de su notable obsesión.
—No te dolerá, lo prometo...será un corte rápido.—Timba esbozó una sonrisa que resultaba macabra.
Rius tan solo pudo limitarse a forcejear en vano y suplicar por al menos un poco de piedad, rezándole a Dios que todo terminara pronto."
Coman hijos míos, coman. ️