El... un hombre solo, aventurero y lleno de ganas... de simplemente vivir...
Ella... una mujer preciosa, procesando un cambio en su vida... sola, y sin haberse dado cuenta de las inmensas ganas que tenía de simplemente ser feliz...
Ellos, se encontraron un día, el sol iluminaba aquel atardecer, fue un verano... una tarde como cualquiera...
El la atrajo con su encanto, y ella la cautivo con su simpatía...
Así comenzó la más hermosa historia de amor, pasaron los días, se buscaban...
El cada noche con una desesperación que no lograba comprender...
Ella, lo esperaba con ansias, sabía que llegaría a su encuentro, como cada día, como cada noche, empezaron a nacer frases hermosas... empezó fluir el amor, puro, sincero, y por sobre todo verdadero, por que aquí no habían rostros, no habían cuerpos, solo habían palabras y sentimientos, y eso bastaba para sentir que sus vidas tenían un mismo destino.
Ellos empezaron a enamorarse, de la forma más tierna y dulce, como aquella mujer...
Ella lo fue enamorando poco a poco, con su simpleza, con su ternura, con con su cariño,
El siguió el camino de la conquista... la protegía, la acompañaba, la hacía sentir aquellas lindas cosas que ella desconocía...
Ella empezó a amarlo... sintió que el era el hombre de su vida, que lo quería a su lado, para continuar su vida...
El, sentía que ella, su linda Pamela, era la mujer con quien deseaba compartir su mundo, que entre líos y dientes, ella sería la mejor compañía...
Ellos se dieron cuenta que se necesitaban, eran el uno para el otro, se estaban enamorando, y poco a poco lo mas tierno...se estaban deseando...así llegó el amor a sus vidas...