Aún recuerdo cuando aquella niña de 13 años me dijo que nunca debíamos permitir que nuestra amistad acabara. Yo con una sonrisa le respondí que ésto, nuestra amistad apenas era el comienzo de muchas cosas.
Quizá ambos no dimensionamos lo dicho. Ambos decidimos tomar el camino del orgullo y escuchar más el rencor antes que la razón.........
– Un reencuentro para empezar de cero