Un Te amo
Esa vez que dijiste “te amo”
No supe si era verdad o un juego,
una palabra lanzada al viento,
cansado de mis súplicas calladas.
Bajo la lluvia, tus labios se encontraron con los míos,
y tus manos, firmes como espinas,
se aferraron a mi piel frágil,
dejando un rastro de dulces heridas,
sangrando en silencio en tu abrazo.
Te vi con ella, y el peso de la culpa me hundió,
porque ella era tu promesa eterna,
y yo, apenas un paréntesis fugaz,
una sombra entre sus juramentos.
Y entonces comprendí,
soy la otra mujer,
la que vive en el borde de tu mirada,
esperando ser elegida.
¿Acaso qué falta en mí,
para que tus ojos me vean a mí,
y no a ella?
— Alexia