Hay situaciones en las que las palabras ayudan a expresar lo mal que nos sentimos frente a alguna injusticia cometida, somos voceros de personas de hechos, aunque cuando pasan a nuestra línea lo mezclemos con la ficción, en la noche del viernes pasado ya casi al amanecer del sábado, un miserable mataría a una chica de 17 años en el pueblo que vivo, una niña con miles de sueños que cumplir, con toda la vida por delante y él le quitó todas esas oportunidades sin una pizca de compasión. Hoy mis letras en la historia" Alma soñadora" van dirigidas hacia esta muchacha, la cual no tuve el placer de conocer, pero son exactamente estás historias las que nos hacen sentir hermanos, las que nos hacen sentir humanos. Donde quiera que estés descansa en paz.