La próxima vez que tengas que decidir acerca de tu propia vida, que tengas que hacer una elección personal, hazte una pregunta muy importante: ¿Cuánto tiempo voy a estar muerto? Ante esa perspectiva eterna, puedes decidir ahora lo que prefieres, lo que eliges, y dejar a los que siempre estarán vivos las preocupaciones, los temores, la cuestión de si te lo puedes permitir y la culpabilidad.
Si no empiezas a actuar de esta manera, ya puedes formularte la posibilidad concreta de vivir toda tu vida tal como los demás piensan que debería ser.