Quería contar buenas noticias en este nuevo año, y las hay, pero las menos, en definitiva todo sigue igual. Una vez más intentas ser fuerte, sí, dicen que la vida te enseña a serlo. ¿Hasta qué punto? ¿Te vuelves como una roca? Que va. Acumulas, almacenas, guardas cada suceso, cada desengaño, cada traición, y luego, más tarde te sale. En forma de lágrimas, te vuelves agresivo, caes en una depresión, llegas hasta la locura. Todo te marca. Para bien o para mal.Y mucho de eso que fue buenísimo en tu vida se puede volver contra ti. Él sigue estando en el fondo del alma, ¿cómo olvidar? Esto no es lo peor, ya llegas al límite cuando involucras a todas y cada una de las personas que están a tu alrededor, que no se merecen ni mucho menos un reproche o soportar tu tristeza. Algo que por unos días se convierte en permanente por más que intentas sonreír. Te posee la energía negativa. Sientes que no puedes con tu cuerpo, la flaqueza te domina y la cabeza te va a explotar. Es la recta final. Quizás en una semana todo cambie, sólo quizás. Dicen que deberíamos de cuestionarnos qué estamos haciendo con nuestras vidas y buscar lo mejor para nosotros. Se trata de ser un poco egoístas. Pero, ¿y si para conseguir lo mejor para ti tienes que pasar por un camino lleno de pinchos que te va arruinando cada uno de los segundos del presente? Investigas que te dicen los sabios al respecto, ellos dijeron: "carpe diem". Es una frase que personalmente te encanta, pero en este momento te parece realmente improbable de cumplir. Todo por un sueño, ¿todo vale? El futuro me dará las respuestas.