He vuelto. Siempre lo hago, aunque a veces me demore un poco más de lo que quisiera.
Hay algo en este rincón que me llama cuando algo me pasa, una especie de hogar hecho de palabras y silencios compartidos.
¿Cómo están, mis queridas personitas?
Espero que bien, que la vida las haya tratado con un poco de dulzura o al menos, con la clase de caos que deja historias para contar.
A veces me gustaría que la distancia no existiera, que pudiera hablar con cada uno, saber qué piensan cuando leen mis historias, si alguna frase los hizo sonreír o si otra les dejó un nudo en el pecho.
Me encantaría tener esa conexión más directa, más humana… esa en la que las letras no solo se leen, sino que se sienten.
Pero mientras tanto, me quedo con esto: con el eco de sus miradas imaginadas, con la calidez invisible que se cuela entre líneas.
Porque aunque no nos veamos, sé que estamos un poco más cerca cada vez que vuelvo.
A veces deseo poder cruzar la barrera de la pantalla, tener una comunicación más cercana, escuchar lo que piensan, lo que sienten cuando leen mis letras. Me encantaría saber si se reconocen en ellas, si alguna frase los abraza en silencio o si alguna palabra los acompaña cuando la noche se hace larga.
Pero supongo que así son las cosas: cada historia viaja sola, aunque lleve dentro pedacitos de quien la escribe y de quien la lee. Y aun así, es hermoso este pequeño hilo que nos une.
Siempre es lindo volver a leerlos. Siempre es lindo volver. Y hoy, una vez más, he vuelto.
Con cariño... Ali ♡
