En la taquilla noche, mis nostalgias amargas sufría, en busca de inquietud baje al fresco y callado jardín, en el obscuro cielo. Venus bella, temblando lucía, como encrustado en ébano un dorado y divino jazmín.
Ami alma enamorada, una reyna oriental parecia que esperaba asu amante, bajo el techo de su camarín, que llevaba en hombros, la profunda extensión, recorría triunfante y luminosa recostada sobre un palanquín.
Él aire de la noche refrescaba la atmósfera cálida venus , desde el abismo, me miraba con triste mirar.