Caminaba con la mirada hacía abajo por el centro de la ciudad, todas las personas tenían una sonrisa en el rostro más todos eran de color gris así que deseo dejar de observar... Una pequeña brisa me distrajo la mente así que levante la cara y vi un chico. Era el único chico que tenía colores, no era gris como el resto. Era alto, cabello largo y despeinado, usaba audífonos negros al igual que sus pantalones y zapatos y una playera roja que le llegaba hasta la cadera. Me detuve en seco y lo vi caminar, a unos metros de mí. Me paralicé y cuando el tiempo regresó comencé a llorar porque se que jamás lo volveré a ver.