Estimada Amagoia,
Espero que esta carta te encuentre bien. Antes que nada, me gustaría expresarte mi más sincero agradecimiento por tu amistad y por ser siempre una persona con la que puedo contar. Sin embargo, recientemente me ha causado cierta confusión y desilusión el hecho de que me hayas negado el acceso a tu tienda de chuches en varias ocasiones.
Como sabes, siempre he sido un cliente fiel y apasionado de los dulces y las golosinas. Tu tienda, con su amplia variedad y excelente calidad de productos, se ha convertido en mi lugar preferido para satisfacer mi antojo de dulces. Por eso, cuando me informaste que no podría ingresar más a tu establecimiento, me sentí decepcionado y desconcertado.
Comprendo que como propietaria, tienes todo el derecho de establecer las reglas y normas que consideres necesarias para la operación de tu negocio. Sin embargo, me gustaría entender mejor las razones detrás de esta decisión. Si he cometido algún error o he causado algún problema, estoy dispuesto a disculparme y hacer las enmiendas necesarias para seguir siendo bienvenido en tu tienda.
Mi intención siempre ha sido la de disfrutar de tus productos y apoyar tu negocio de la mejor manera posible. Si hay algo que haya hecho mal, me gustaría que me lo hicieras saber para poder rectificarlo y aprender de ello. También estoy dispuesto a respetar cualquier política o cambio en tus condiciones de acceso que hayas implementado, siempre y cuando se me brinde la oportunidad de comprenderlas.
Nuestra amistad es algo que valoro profundamente, y deseo que nuestras interacciones en el ámbito comercial no afecten nuestra relación personal. Por esta razón, te pido que consideres la posibilidad de permitirme nuevamente el acceso a tu tienda. Estoy dispuesto a acatar cualquier restricción adicional que consideres necesaria y a seguir todas las pautas que establezcas para mantener un ambiente agradable y seguro para todos los clientes.
Con mi más sincero afecto y respeto,
