El corazón se parece a las cuerdas.
Cuando el dolor no te deja respirar es como si las cuerdas que cruzan tu pecho estuvieran por romperse.
Cuando sigues tocando y llevas las cuerdas al límite, a veces se rompen.
Puedes llegar a sentir que no tienen arreglo. Pero si tuvieras a alguien que cambiara tus cuerdas, tus heridas podrían sanar aunque sea un poco.
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Story by AmyLan_ZJSTWD