El sentimiento azul volvió.
Y lo más lógico sería ir a comprarme unas gafas de sol lo suficientemente grandes para cubrirme las ojeras de todos los insomnios que provoca tú nombre; o de las góticas saladas que destilan mis ojos cada vez que me acuerdo de tú sonrisa,
O de tú voz
O de tu silencio de días,
O de cómo me quedé con 725 preguntas por hacerte.
El sentimiento azul volvió. Y sin ti no siento fuerzas para cambiarlo de color (ni de ir a comprarme unas malditas gafas de sol para que la gente no  vea con ojos de lástima por la evidente herida que llevo dentro, carajo). 
Y creí que sería mucho más fácil para ti, y no sé si duele o me hace sentir mejor que sea así, que los dos estemos jodidos. 
No entiendo ¿se supone que ésto sería lo mejor para ambos?.