«Al poco rato, Conrad llegó con su teléfono, agotado, Snow lo miró, supuso que había estado hablando con alguno de sus hijos.
Conrad al parecer no la había notado a la primera, hasta que saltó ligeramente en su lugar, mirando el nuevo aspecto de su querida esposa, anonadado.
—Snow, ¿Qué te hiciste, cariño? —preguntó dando zancadas hasta su lado y sentándose ligeramente en la orilla.
Ella sonrió ligeramente.
—Un corte —sonrió sacudiendo su cabello mal cortado. Extrañando a su marido—. ¿No te gusta?...
Conrad sonrió y desvió la mirada, todo eso lo estaba tomando de sorpresa.
—Me gusta —dijo y tomó su mejilla con su mano derecha—. ¿Pero por qué?
La leve sonrisa de Snow se apagó un poco.
—Me siento cansada, yo… yo no sabía bien cómo afrontar la situación —admitió con un nudo en la garganta, nunca le había pasado algo así—. Que Daring no sea el príncipe de Apple. Que Bellamy me odie tanto. Que Blake sea tan horrible y que todo me esté pasando factura… Estoy cansada... Estoy muy cansada.»
(De un corto sin publicar)
—M.D.