Existen historias interesantes, cuentos de amor y desencuentro, finales felices, metáforas agradables y moralejas.
Pero hay otras pocas, donde el arte toma un rumbo oscuro. Hay historias que despiertan los sentimientos más primitivos del ser humano, los más perturbadores, los más profundos. Historias que despiertan los terrores más profundos del inconsciente humano, que te harás estremecer, que te dejarán con un sabor amargo entre los labios, que te cerrarán el estomago o que, al menos, te harán fruncir el ceño o rechinar los dientes. Historias de psicópatas, homicidas, fantasmas, locura, demonios, perversidad, infiernos en vida. Historias que te anudarán la garganta, que te dejarán sin ganas de seguir. Que no querrás vivir, jamás.
Para bien o para mal, son estas últimas, las únicas que puedo escribir...