Volaste de más y te me escapaste de las manos...no, no te escapaste, te dejé ir, entendí que un pájaro nunca va a ser feliz en una jaula.
Cuando la mascota deja de serlo, ya no es divertido, ya no le gusta su habitat, si lo sabré, después de todo vive en mi corazón, que ve tus plumas viejas y solo le queda el recordar, porque anhelar es demasiado cruel para él