Últimamente duermo con la puerta de mi habitación cerrada, no es que tenga miedo de que alguien entre pero mi perro siempre quiere hacerlo y acostarse conmigo, no me molesta su presencia pero acapara toda la cama y no me deja estar cómodo así que no dejo que el entre a mi cuarto.
Una noche cuando iba a dormir hago lo de siempre, me cepillo los dientes, me pongo algo cómodo y me acuesto no sin antes cerrar la puerta con cerrojo.
Cuando me acuesto me quedo casi de inmediato dormido pero un sonido me despierta, unos arañazos fuertes en la puerta, me pongo a pensar que es mi perro que había llegado para intentar entrar pero solo no reacciono, no me levanto ni me muevo, no voy a abrirle la puerta, puedo escuchar sus chillidos por dejarlo entrar a mi habitación aunque se escuchan mas cerca de lo habitual, aun así no le doy mucha importancia y me quedo acostado. Pero los segundos pasan a minutos y se vuelven horas, mi perro ahora al parecer más alterado empieza a gruñir y a ladrar fuera de mi puerta, sorprendiéndome de que no despierte a mi familia, sus ruidos se hacen cada vez más fuertes e intensos, parece que está enojado de que lo deje afuera y por un segundo pienso en abrir la puerta pero logro resistirme, al fin y al cabo el debe de entender que debe de dormir solo.
Al cabo de un rato más el ruido poco a poco se calma y escucho unas pesadas pisadas yéndose, creo que al fin se quedó sin energía y se rindió, me recuesto de costado mirando hacia la pared cuando escucho otras pisadas más suaves las cuales parecen venir de debajo de mi cama, justo después siento como si algo se subiera a mi cama, asustado me doy la vuelta viendo a mi perro, un Puddle pequeño, buscando un lugar para acostarse en mi cama, me frustró un poco de que a final se va a quedar conmigo pero intento no darle importancia y me preparo de nuevo para dormir, es entonces que mi mente reacciona.
"...Mi perro estaba en mi habitación todo el tiempo..."
*Something bad it's about to happen to me*
xD