En el fondo, jamás lo pude olvidar. Él me enseñó a amar, más allá de ser un hombre. Más allá de ser llamado, "heterosexual". Nunca se fue de mi lado, estuvo dispuesto a corresponder a mi amor, para que no sufriera. Estuvo dispuesto a ser odiado, todo por mí. Y ahora, que él está muriendo. El cáncer, ha echo estragos en él. ¿Cómo lo abandono?, si yo le amo. Después de su muerte, toca la mía.
Acnun em seivlo. Oy et oroda.
Noches de insomnio.
─Ángela Orozco.