¿Donde estoy?, ¿Esto es real o solo un producto de mi imaginación?, ¿Acaso ya estoy muerto?
Era coherente pensar en eso, pues lo último que recuerda era arrastrarse con sus pocas fuerzas hasta el cadáver de Riko Amanai, y después todo se volvió oscuridad, sintió la sensación de hundirse por completo.
— Quizás sea una expansión de dominio — Dijo en voz alta e inmediatamente después una desagradable sensación pasó por sus labios, la carne pegada de estos se separó rápidamente.
Pero ahora que lo pensaba por qué alguien usaría una expansión de dominio en él, si mientras estaba inconsciente y en tal deplorable estado incluso un niño pequeño podría rematarlo sin complicaciones.
Algo más rondaba por su mente, un pensamiento que de ahora en adelante estaría profundamente marcado en el.
Cuando fue estudiante del Colegio Técnico de Magia Metropolitana de Tokio, solía tener aspectos positivos éticos respecto al mundo de los chamanes, y creía con fervor que los chamanes existían para proteger a los débiles, o sea a las personas que no podían usar energía maldita, incluso solía enojarse cuando Satoru Gojo opinaba de manera distinta, burlándose de su opinión e ideal.
Pero ¿Cómo salvar alguien cuando ni siquiera puedes salvarte a ti mismo?