Un aroma a hierbas llegó mi nariz, una calidez rozaba mi piel, al abrir mis ojos una luz me cego por unos instantes. Cuando mi vista por fin se adaptó, note que estaba en un prado bastante extenso, a un lado se encontraban unos árboles q formaban un pequeño bosque, vi al cielo y note un cielo azul claro, con unas pequeñas nubes blancas y un radiante sol.
Una tranquilidad abrumadora me hizo suspirar. Al colocar mis manos en la tierra suave y algo húmeda, me impulse un poco para levantarme, pero algo inesperado sucedió, pues ahora estaba flotando y cayendo lentamente, al tocar el suelo nuevamente ahora una gran sonrisa se dibujaba en mi rostro, y como si fuera una niña comenté a reír, dar vueltas y saltar.
La sensación de cada salto, de no estar atada al suelo era increíble, cada ves intentaba dar saltos más altos, casi sentía como llegaba a los límites del cielo. En un punto ya solamente no volví a bajar al suelo, simplemente estaba flotando en el aire, me sentía tan ligera.
Simplemente relaje mis músculos, sentía como aún mi corazón estaba latiendo fuertemente por la emoción, trate de relajarme lo más posible, pues era consciente que en cualquier momento la gravedad actuaría y me devolvería al suelo.
Efectivamente, poco tiempo después mi cuerpo volvía a caer al suelo, pero a la altura q me encontraba y a la velocidad que caía, pasarían varios minutos, así que, simplemente seré mis ojos, los recuerdos d cuando era chica llegaron a mi, hace mucho que no podía hacer esto, la última ves abre tenido unos 11 años, y eso quiere decir que ha pasado mucho de ese entonces.